Mauro Salazar J. / Comunicación y “coronavida”. Escrituras del derrame

Publicado el 25 de septiembre 2023

Apostilla. Un texto experiencial implica una mora. Una relación de discontinuidad entre “tiempo” y “experiencia”. Tal acometido entre lo vivenciado y las “prácticas escriturales” debería cuidar su relación con la hiper factualidad de las tecnologías. Mientras la inmediatez del alogaritmo inscriba su voluptuosa productividad en los papers, abundará en “formatos de escritura” y en la exactitud de las referencias

Contra el tiempo homogéneo del formato, la economía escritural -de Rodrigo Browne- se somete a las intersecciones biográficas, pigmentos visuales, excesos de sentido y una letra infatigable que cuelga de las cornisas. Browne devela variadas querellas contra las burocracias cognitivas, inscribiendo una pregunta perturbadora y un mal-estar con la época pos/humanista. Un desvarío ante las orientaciones del “tiempo artificial” y las “Universidades del incentivo” (métricas y métodos que fomentan la ruina argumental).

En efecto, la comunicación y sus manuales escriturales (no tumultuosos) han devenido en la lengua social de la vigilancia en tiempos de pandemia. Tal sinópsis agrava el argot de ofertas securitarias que, exacerban los fragmentos, y desplazan toda liturgia bajo la obesidad productivista del “capitalismo alegre”. Ya no se pueden mostrar los cadalsos de la democracia, solo colonizar mercenariamente la vida cotidiana -lejos del barrio- haciendo de las “tragedias personales” estéticas carnavalescas

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