OPINIÓN

Venezuela: hito electoral y abismos de la izquierda

Por Mauro Salazar y Javier Aguero
  • 5 de agosto 2024

Es de esperar que el activo papel crítico del Presidente Gabriel Boric mantenga una convicción democrática y no se deba al voto interno de venezolanos residentes en Chile –electoralistas del FA y Socialismo Democrático–.

El triunfo cesarista de Nicolás Maduro –por lo menos extraño, y repleto de ambigüedades en el proceso– debería llevar a consideraciones sobre el poder, las instituciones y el autoritarismo que, al parecer, nos demandan un análisis desde otro topos. Todo indica que la captura estatal del generalato venezolano ha construido un “modelo securitario”, donde la izquierdización regional responde más a los hitos de militarización y una emotividad estético-política. En esta dirección es un lugar común concitar el Foro de São Paulo o el “Consenso de Washington” que, a nombre de autores como Atilio Borón, aún suscriben a las últimas rebeldías del petit siglo XX.

Hoy no se pueden desestimar los factores exógenos, a saber, la beligerancia militar y financiera agudizada en el periodo de Donald Trump. El golpismo permanente, incluso aquel que fue avalado temporalmente por la Cancillería chilena contra el chavismo, la ubicua posición del progresismo laxo, el concentrado del monopolio medial que redunda en la infinita desinformación y los más diversos intereses foráneos sobre las riquezas petroleras. Todo ello no puede ser desatendido a nombre del “prurito democrático” o, bien, bajo la devoción del formato liberal que arremete contra todo “populismo demótico”.

Es más, bajo el cúmulo de intereses externos, la contienda electoral del domingo pasado se tornaba más brumosa al interior del entramado geopolítico y los sistemas de riesgo (capitalismos rusos, asiáticos, americanos, orientales, sin mitos liberales) que hacían prevalecer fácticamente sus intereses sobre las riquezas cupríferas. El factor militar no es un tema accesorio, pues difícilmente en el caso chileno las Fuerzas Armadas pueden dejar de ser un “factor de clases”.

Si bien en los primeros años del chavismo era posible reconocer –amén de distancias– el fin del duopolio político suscrito en 1958, con la firma del Pacto de Punto Fijo, centrado en el ADEI y el COPEI, y la vertebración oligopólica del país. Y sí, la distribución del petróleo con un sentido social y continental, bajo la vía nacional-popular del primer decenio del XXI exhibió resultados de crecimiento avalados por instituciones bilaterales. Ello cautivó a un tropel de líderes latinoamericanos, y se afianzó mediante maratónicas elecciones y algunas derrotas puntuales (que fueron reconocidas). Amén de ello, no pudo sortear asistencialmente los dramas de la pobreza estructural.

La inarticulación que reconocía el propio Hugo Chávez con la sociedad civil, los partidos políticos y formas colectivas del campo social, ha sido un fenómeno que ha degenerado en un “autoritarismo radical” y aún arroja un último momento “suspensivo” respecto al uso radical del término dictadura. Decimos autoritarismo –sin restarnos en lo absoluto al término dictadura (oficial), más aún con la decisión de ayer lunes–, toda vez que Maduro expulsó a ocho delegaciones diplomáticas. Si alguien esgrimía hasta 48 horas que la vía bolivariana tenía un último oxígeno porque había aceptado (guste o no) derrotas electorales, como asimismo la visita de observadores internacionales, tal argumento se desploma como un castillo de naipes. Con todo, el propio cesarismo ha establecido las bases para el aislacionismo internacional y la falta de entendimiento agrava formas de emigración masiva en distintos países de América Latina.

Cabría subrayar que la vía bolivariana ha sabido mantenerse, recuperarse y reproducirse sobre la base –justa– de un apoyo irrestricto de las Fuerzas Armadas mantenidas ahí por Nicolás Maduro (en la ruta estratégica abierta por Chávez bajo una dirección más carismática), para asegurar “lealtad” de cara a cualquier sublevación popular que amenace la mentada y ultrajada idea de “Revolución bolivariana”.

Con todo, el quid sería el poder; tensionar y hacerlo resignificar ahí donde pueda entregarnos algunas coordenadas para comprender lo que pasa en Venezuela. En este sentido, Michel Foucault, por ejemplo, no concebía el poder como un entramado de punto fijo, sedentario y sin capacidad de adecuación a realidades específicas, sino que lo asumió siempre como el resultado de fuerzas internas en disputa que se despliegan y repliegan al interior de realidades también particulares y que entregan, en esta línea, sus propias rutas comprensivas. Apunta, por ejemplo, en Estética, ética y hermenéutica que “[…] debemos hablar de los poderes e intentar localizarlos en su especificidad histórica y geográfica” (1999).

La cita evidencia entonces la urgencia de pensar las diferentes articulaciones del poder en sus acervos políticos, culturales y sociológicos específicos. No hay dos realidades políticas idénticas, porque los pueblos no tienen, tampoco, procesos históricos iguales. Siguiendo a Foucault en esta línea, es que no es posible entender el cuestionado triunfo de Maduro sin recurrir a lo que Hugo Chávez adelantó como proyecto desde que se convirtió en un oficial de carrera del ejército de Venezuela. En 1982 fundó el clandestino Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (o MBR-200) que se entiende, a su vez, como una continuación con una mayor base de apoyo de lo que fue el EBR-200 (Ejército Bolivariano Revolucionario).

Y es a partir de este momento que Chávez comienza a desarrollar un proyecto probablemente único en la historia de las izquierdas latinoamericanas y, tal vez, mundiales. La “gesta” impulsada fue un proceso expansivo de izquierdización de la sociedad venezolana desde un sistema de dádivas y una sociabilidad militarizada. No es que después del triunfo de una revolución, como la cubana, por ejemplo, se activará un cuerpo militar proclive y dependiente de los altos mandos. No, tal cosa no sucedió. Tampoco en la revolución de Octubre en Rusia, en donde, lo mismo, el Ejército Rojo es tributario de la revolución misma.

En el caso de Venezuela, la “mimetización ideológica” del mundo castrense vino desde dentro, fue gradual, procesual y no necesitó de ningún golpe de fuerza para adherir a lo que serían después las autoridades del bolivarianismo-chavista. Para cuando Chávez es electo en 1998, el ejército ya venía cuadrado con él y la sociedad venezolana también había experimentado un proceso cultural de agudísima izquierdización. Tal fue la genialidad y persistencia de Chávez, sin obviar que, en su origen, el movimiento tiene como acompañante ominoso un golpe de Estado. Sí, cabe recordarlo, en la génesis del proceso hubo golpe.

Lo que ocurre desde entonces es que en Venezuela el llamado proceso revolucionario quedó anclado y a discreción de los cuerpos armados. Con más de 300 generales ocupando puestos clave en su Gobierno, la autocracia de Maduro sabe que el Estado debe estar blindado por el dispositivo militar frente a cualquier asonada o revuelta popular. Durante su primer Gobierno, un promedio de 30% de los ministerios estuvo dirigido por militares activos o en reserva. ​Para marzo de 2023, durante su segundo mandato, la cifra había ascendido al 42% (14 de los 33 ministerios) de su gabinete (“Los militares en la política y la economía de Venezuela”. Nueva Sociedad, 2018).

De este modo, la soltura y tosquedad en el discurso de Maduro, la invocación a una potencial guerra civil o derramamiento de sangre en caso de que hubiera perdido, se lo puede permitir porque es un “Estado militar”. Y en esto no hay que dubitar un segundo: en Venezuela gobiernan militares, y en tal dirección se explica el cierre de medios de comunicación disidentes, la prescripción y encarcelación de sus opositores más púbicos, la tortura y los cientos de muertos en diferentes protestas desde su primer Gobierno a la fecha, en fin, todas estas medidas que encuentran soporte fáctico a la luz de que cuenta con los medios de represión y coerción totales que le proporcionan las Fuerzas Armadas.

El mismo Michel Foucault escribía que “[…] la sociedad es un archipiélago de poderes diferentes”. Entonces, lo que habilita el poder más allá de su articulación biopolítica es también la posibilidad de la resistencia. Entendemos que los archipiélagos, en este sentido, cuando son tachados, vedados o derechamente plagiados por la violencia del Estado, no son sujetos de antagonismo. Archipiélagos secuestrados por el continente armado de Nicolás Maduro.

Es de esperar que el activo papel crítico del Presidente Gabriel Boric mantenga una convicción democrática y no se deba al voto interno de venezolanos residentes en Chile –electoralistas del FA y Socialismo Democrático–. Venezolanos que, progresistas o no, han padecido el infinito desarraigo de la vía bolivariana.

Hojarascas.


Ver nota original en: https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2024/07/30/venezuela-hito-electoral-y-abismos-de-la-izquierda/

COLOQUIO

Coloquio Internacional e Interegional de Ciencias Humanas y Sociales (CIHUSO)

Micaela Cuesta. Prejuicio y política. Una aproximación crítica al autoritarismo contemporáneo

  • 5 de agosto 2024

La reconstrucción de una teoría social crítica del prejuicio supone la consideración de una perspectiva normativa, necesaria para distinguir las mediaciones subjetivas indispensables para el despliegue de la vida social de aquellas que, bajo la forma de un prejuicio negativo, promueven lazos hacia dentro y comunidades violentas hacia afuera.

El objetivo de la presente intervención es trazar las fronteras entra ambas modulaciones del prejucio no sólo para detectar sus estructuras y operaciones sino también para indagar su vínculo con las formas de politización autoritaria que acechan la democracia contemporánea. ¿Qué sucede cuando los prejuicios negativos impregnan la esfera pública? ¿Qué ocurre cuando se apela a ellos para construir comunidades políticas? ¿Desde dónde y cómo es posible realizar su crítica?

Micaela Cuesta es Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, magister en “Comunicación y Cultura” y licenciada en Sociología por la misma universidad. Desarrolla sus actividades de docencia e investigación en la Escuela IDAES de la UNSAM y en la carrera de sociología de la Universidad de Buenos Aires. Es coordinadora del Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos (LEDA, Lectura Mundo), UNSAM.

Es autora de los libros Experiencia de felicidad. Memoria, historia y política (2016), coautora junto a Eduardo Rojas de Crítica y crisis en América Latina. Aprender a leer, aprender a hablar (2015) y codirectora junto al mismo autor de Conversaciones con Nancy Fraser. Justicia, crítica y política en el siglo XXI (2017). Recientemente editó junto a Ezequiel Ipar y Lucía Wegelin el libro Discurso de odio. Una alarma para la vida democrática (Unsam edita, 2023).

NOTICIA

UFRO y CONADI firman convenio para analizar políticas públicas con énfasis en desarrollo regional e identidad cultural

  • 31 de julio 2024

Con el propósito de analizar las políticas públicas integrales del gobierno en La Araucanía, especialmente en el marco del desarrollo regional y la identidad cultural, la Universidad de La Frontera (UFRO) y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), firmaron un convenio amplio de colaboración.

Se trata de una valiosa instancia que quedará materializada a través de un trabajo conjunto entre ambas instituciones representadas por el Doctorado en Comunicación UFRO y el Programa de Acción Territorial PAT de CONADI.

Las distintas actividades de investigación y formación que incluye el convenio, se desarrollarán en un proceso de colaborativo, buscando promover el diálogo e interacción entre los actores institucionales públicos y las comunidades indígenas mapuche, abrazando un contexto histórico de relaciones políticas inter, multi, y transculturales.

La labor conjunta contempla temáticas como “el territorio, sus acepciones y problemáticas”, “la planificación del desarrollo sustentable y sus desafíos” y “el valor de las experiencias en las comunidades mapuche y los liderazgos locales”; y está dirigida a funcionarias y funcionarios del Programa de Acción Territorial de la Región de la Araucanía.

Los resultados que se obtengan a través de esta alianza, permitirán impactar a más de 600 comunidades mapuche distribuidas en 22 comuna de La Araucanía.

“Esta alianza se suma a un cúmulo de acciones que realiza nuestra institución y en un tema muy específico como es el evaluar las políticas públicas territoriales, y lo hace a través del Doctorado en Comunicación, lo que nos da mucho prestigio, indicó el Rector Eduardo Hebel Weiss.

APRENDIZAJE MUTUO

La formalización de este acuerdo permitirá el aprendizaje mutuo y la generación de información y perspectivas para avanzar en la comprensión de los procesos de desarrollo regional y de identidad cultural bajo el respeto a la autonomía de las comunidades indígenas mapuche.

El Programa de Acción Territorial PAT de CONADI, trabaja directamente con diversas comunidades mapuche agrupadas territorialmente. Con asesoría técnica y financiamiento en un ciclo de cuatro años, el programa financia planes territoriales y las iniciativas asociadas a esos planes en diferentes líneas como producción, habitabilidad, desarrollo cultural y desarrollo lingüístico, entre otros.

“Este convenio nos va a permitir reflexionar en torno al modelo metodológico del programa, a las líneas de trabajo y cómo se implementan en el territorio. Además, nos permitirá fortalecer la formación del equipo técnico profesional y técnico del programa. En este punto, la UFRO nos va a apoyar tremendamente en fortalecer esta área. Para la Universidad también será un aporte generar una mirada crítica y un vínculo con los territorios”, sostuvo Isabel Cañet Caniulen, encargada nacional del Programa PAT.

Para el Doctorado en Comunicación de UFRO, el horizonte es fortalecer el trabajo con comunidades mapuches de la región, con el objetivo de llegar a formular un marco global que sirva como insumo para una planificación en cada territorio, incorporando las bases que después otorgarán a los equipos que adjudiquen esas propuestas de trabajo y un formato -referencial- que sea aplicable en todos los territorios, asumiendo la especificidad de las soberanías territoriales.

“Este convenio formaliza una serie de acciones de parte del Doctorado en Comunicación en términos de planificación. En una primera etapa, involucrará el trabajo con profesionales del PAT y luego, en una segunda etapa, con dirigentes de las mesas territoriales junto a las personas que estarán a cargo del seguimiento de estos proyectos en los territorios. A nuestro Doctorado le interesa en particular este convenio, ya que tiene dos líneas de investigación orientadas a la comunicación en contextos interculturales, las que cruzan la formación de sus estudiantes:”, indicó el Dr. Carlos del Valle, director del Doctorado en Comunicación de la Universidad de La Frontera.

En el marco de esta nueva alianza, surgen líneas investigativas en torno a Comunicación y Cultura, así como en Comunicación y Poder en contextos Multi, Inter y Transculturales, considerando el análisis de las políticas públicas gubernamentales en La Araucanía.

“El plan de acción abarcará casi toda la región: serán parte de las acciones 71 territorios en 22 comunas de La Araucanía con alrededor de 641 comunidades que son parte del Programa de Acción Territorial. Es muy importante el apoyo de la Universidad de La Frontera porque podemos obtener herramientas y metodologías que nos permitirán entender de manera específica y en particular cada territorio“, finalizó diciendo la encargada regional del PAT, Kinturay Melin Rapiman.

NOTICIA

Investigadora Chilena Destaca en Congreso Latinoamericano de Semiótica con Investigación sobre Cobertura Mediática de Conflictos Socioambientales

  • 13 de julio 2024

Darla Inai Segovia, candidata a doctora en comunicación en el programa conjunto de la Universidad Austral de Chile (UACH), la Universidad de La Frontera (UFRO) y La Sapienza de Roma, expuso en el reciente Congreso Latinoamericano de Semiótica celebrado del 2 al 5 de julio en la Universidad de Sao Paulo.

La periodista y máster en comunicación presentó su investigación sobre las estrategias y discursos en las coberturas mediáticas de conflictos socioambientales en Chile. Durante su ponencia titulada “Estrategias sociosemióticas y discursos multimodales durante la cobertura mediática de conflictos socioambientales en Chile”, Inai presentó los resultados de su estudio doctoral. En las fotografías del evento, se puede apreciar a Inai compartiendo con destacados investigadores como José Enrique Finol, Neyla Pardo, Massimo Leone y José Luis Fernández, entre otros.

Darla se especializa en el análisis de la cobertura mediática chilena durante conflictos socioambientales que han resultado en la muerte de activistas como Macarena Valdés, Alejandro Castro y Camilo Catrillanca. Utilizando minería de datos y análisis de encuadre de noticias, su investigación explora desde una perspectiva semiótica los símbolos y signos en los discursos de movimientos sociales y de resistencia. Estos elementos se manifiestan en pancartas, performances e instalaciones que irrumpen en el espacio público mediante protestas y son mediatizados en las noticias.

Redes Internacionales y Próximos Eventos

En 2023, Inai realizó una cotutela en La Sapienza de Roma, financiada por ANID, donde fue invitada por el profesor Massimo Leone a impartir una charla en la Universidad de Turín. Esta experiencia le permitió establecer redes de contacto en el área de investigación y unirse a un grupo de jóvenes investigadores en semiótica latinoamericanos, residentes en Europa y América Latina.

Después de un año de coordinaciones, este grupo ha sido aceptado como panel representativo de Latinoamérica en el próximo Congreso Mundial de Semiótica, que se celebrará en septiembre en Varsovia, Polonia. Darla espera poder asistir a este evento de gran relevancia mundial para la investigación en semiótica. "Espero poder encontrar los medios para asistir a esta instancia de gran relevancia mundial para la investigación en semiótica. De ser así, seré la representante de las universidades más al sur del mundo, exponiendo un tema urgente en la investigación en comunicación que se vincula a los derechos humanos y el cambio climático. Desde una perspectiva decolonial, mi investigación plantea las problemáticas que genera el extractivismo y cómo este afecta la soberanía de las comunidades involucradas", declaró.

Esta participación subraya la importancia de su trabajo y su compromiso con la investigación en comunicación y semiótica, destacando la urgencia de abordar temas como el extractivismo y sus impactos en las comunidades locales desde un enfoque decolonial.

En octubre de 2024, Darla Inai Segovia defenderá su tesis doctoral, lo que la conducirá a una doble graduación entre la Universidad Austral, la UFRO y La Sapienza de Roma. Darla Inai será la primera estudiante del programa en concretar este convenio entre las tres universidades, gracias al financiamiento de ANID. Este logro marcará un hito importante en la cooperación académica internacional y en la formación de investigadores en el campo de la comunicación y la semiótica.